Quisiera huir ilesa del espejo
roto,
ser el pulso que descansa en la almohada
blanca,
llamarte sin miedo a que no lo cojas
nunca,
mirarme desde cerca y encontrarte
lejos.
Quisiera perder el miedo a este miedo
intacto,
sacar corazón y guardar bandera
al otro lado,
decir alto tu nombre y no encogerme
asustada,
pensarte como sueño y no una trampa
injusta.
Pero mis manos se abren y no hay nada:
solo arena que se cae por mis dedos,
temor a no volver a ser quien era,
como el tiempo en los relojes,
como tus besos en este desierto
de sed.
Y con la valentía de un pájaro
herido
escojo quedarme y esperar:
me resisto porque tu hueco es un precipicio
y mis alas necesitan descanso.
birdwatching
-
Ver pájaros antes de que icen el vuelo y se pierdan, antes de que el de
sus alas sea un festejo privado y no podamos ni siquiera contemplar la
coreogra...
Hace 2 horas